Prólogo: El niño que brilla más que una estrella.
Hubo una época en que las razas del mundo no existían, y las tierras conocidas como Gaia eran habitadas por una especie que nunca tuvo comparación. Aquellos eran llamados los primigenios, seres ancestrales de quienes se desconoce su origen, aunque se dice que solamente prepararon el mundo para los que vinieron después, y que desaparecieron para dar paso a las siguientes generaciones. Al llegar ellos el tiempo comenzó a correr, era como si todo lo anterior nunca hubiera sucedido, y como si la historia estuviera preparada para comenzar con ellos, y que el pasado fuera olvidado. Con el nacimiento de los que fueron conocidos como Titanes, también aparecieron los espíritus, seres sin cuerpo físico que vagaban por el mundo dotándolo de vida inteligente, y como si los hubieran moldeado de la mismísima nada, ellos crearon a todas las razas. Los mortales estaban hechos de un elemento mágico al que llamaron Éter, y fueron moldeados según las indicaciones de los Titanes para que fueran similare...